Durante las décadas del ´50 y ´70 nuevos métodos en la prestación de los servicios médicos, junto con los cambios culturales que trajo el surgimiento de la televisión con la consecuente declinación del cine y el teatro, produjo la merma en su actividad, pero, a partir de mediados de los ’80, la inmensa labor de las nuevas comisiones directivas hizo que, paulatinamente, se recupere la antigua centralidad hasta volver a ocupar el sitial de la Institución cultural más importante de la zona.
Desde 1983 Unión de Wilde tuvo como principal objetivo la recuperación de su patrimonio histórico, ya que en aquel momento el edificio de la calle Zeballos se encontraba ocupado ilegalmente y en estado ruinoso, mientras que el de la calle Lartigau estaba totalmente baldío y el viejo edificio de Las Flores en donde había funcionado el cine se encontraba en mora en el pago de los alquileres, lo que hacía que Unión careciera de ingresos provenientes de sus inmuebles y no contara con la posesión efectiva de los mismos.
Finalmente se llevaron a cabo los pertinentes juicios de desalojo y una vez recuperadas las propiedades, se procedió en forma inmediata a su restauración.
En el caso del edificio de Zeballos, mediante un convenio con la Comisión Permanente Ciudad de Wilde, se le otorgó el uso temporario y gratuito del predio para que luego de llevar a cabo las refacciones, se lo utilice como Centro Cultural.
En cuanto al inmueble de la calle Las Flores se recicló en cocheras para los socios y con su renta se construyó el Salón de fiestas en el terreno de la calle Lartigau.
Hoy en día Unión de Wilde es una institución de bien público que se encuentra funcionando a pleno, siendo además la única que tiene la forma jurídica de MUTUAL (Inscripción 235 del INAES).
En la actualidad en sus instalaciones se llevan a cabo numerosas y variadas actividades culturales, recreativas y sociales en beneficio sus asociados y del resto de la comunidad.